Yo, antes, cuando Xavi Hernández jugaba (celestialmente), tenía una relación maravillosa (bueno, con tan gran señor no se puede tener otra relación que no sea estupenda) con papá Hernández.
Papá Hernández vigilaba desde la distancia las cosas de sus hijos. Supongo que, como es normal, cuando le preguntaban en las citas familiares decía la suya, pero jamás tuve la sensación de que sus hijos hiciesen (solo) lo que él decía.
Mi relación con papá Hernández era fantástica. Me llamaba poco, menos de lo que yo deseaba, pues sus charlas, que jamás fueron para elogiar de forma desmedida mis textos o criticarlos por duros que fueran, eran tremendamente edificantes porque es difícil, muy difícil, ser más culé que papá Hernández y amar más al Barça que él. Repito: imposible.
Ya no me llama
Hace mucho que don Joaquín no me llama. Debe pensar que sus hijos ya son mayores. Pero yo noto a faltar, y mucho, su cosquilleo en mis oídos. No porque me diese grandes exclusivas (ni una me dio) ni porque criticase aquel o este comportamiento (¡jamás!). Noto a faltar sus charlas porque, con sus opiniones, uno acababa siendo más sabio y, sobre todo, podía entender mucho mejor las cosas que ocurrían en el Barça.
Con las charlas con papá Hernández podías resolver aquello que mi amigo y mejor culé, Juan Cruz, definió el otro día, en una charla que mantuvimos en El Periódico, como el más grave error del Barça: “Siempre le falta el segundo párrafo, siempre le falta la explicación completa….por eso no nos lo acabamos de creer”. Pues papá Hernández solía contarte siempre el segundo párrafo de todo lo que ocurría. O lo intentaba.
Ahora que ya se ha hecho oficial, al menos a nivel interno, igual jamás se hará público su fichaje (como parece que va a ocurrir con Deco), la llegada del excelente periodista de ‘El Mundo Deportivo’, Eduard Polo, como Asistente de Comunicación del entrenador del Primer Equipo de Fútbol Masculino, tengo la sensación de que Xavi Hernández ha querido buscarse un ‘papá profesional’, lo que todos hemos calificado como ‘su Manel Estiarte’, por aquello de lo mucho y bien que el waterpolista ha ayudado (y asesorado) a su amigo Pep Guardiola, dentro y fuera del vestuario, con la plantilla y con los medios de comunicación.
Al numerosísimo aparato de comunicación del Barça, se añade un profesional más y eso que estamos en tiempos de restricciones
Una cosa está clara y lo lamento, por ejemplo, por el bueno de Gonzalo Rodríguez, que fue despedido “porque no había dinero”. El Barça tiene dinero para lo que quiere. Y es evidente, transparente y cristalino, que para Xavi la figura de Edu Polo es vital, fundamental, muy necesaria, no solo para comunicar sino para controlar a los medios, a los periodistas con influencia, a los ‘plumillas’, a los ‘guardiolistas’ y, sobre todo, para completar, por detrás, en secreto, a oscuras, el discurso que él despliega en las múltiples conferencias de prensa que afronta cada semana.
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Digámoslo de una vez: Xavi no se fía, ni un pelo, del inmenso aparato de comunicación del club (Jordi Finestres, Ignacio Castelló, Àlex Santos, Ricard Franco, a quien, dicen, deberá reportar Polo, Sergi Nogueras, Xavier Guarte…) y ha exigido (y conseguido) que fichen a un amigo suyo.
Dicen que cuando Deco lo supo, le susurró al oído a Xavi: “Te equivocas, a los periodistas amigos no hay que tenerlos dentro, hay que tenerlos fuera; es ahí donde te pueden ayudar”.
