Hay profesiones que arrastran una penitencia, y en el caso de la de Joel Bellviure, arqueólogo, es la de recibir la constante referencia a Indiana Jones. Él, ya acostumbrado, aclara que su trabajo se parecería más bien al de Sherlock Holmes. En todo caso, su vida sí tiene algo de película: con 22 años está graduado en Historia y Arqueología, ha trabajado en múltiples yacimientos, publicado libros y ahora cursa un máster en la Universidad de Oxford gracias a una de las becas que concede la Fundación La Caixa para estudiar en el extranjero.
-Su generación es 100% digital y usted estudia Arqueología Clásica en Oxford. ¿Se siente un poco a contracorriente?
-Es una gran ironía, porque Oxford apenas ha cambiado en 300 años, pero al mismo tiempo se reúnen allí las nuevas ideas y la innovación más puntera. También en el caso de la arqueología, donde todo avanza muy rápido tanto a nivel teórico como práctico. Me gusta mucho esa simbiosis que se genera entre lo clásico y lo moderno.
-¿Todavía nos reserva muchas sorpresas la Historia?
-Creo que aún no conocemos ni el 5% del lo que queda por descubrir. Y la arqueología es la herramienta más útil para sacar ese pasado a la luz. Sin duda irán apareciendo nuevas revelaciones en temas que ni siquiera nos habíamos parado a pensar, como las cuestiones de género. Hay conceptos que parecen del siglo XXI pero que aparecieron hace miles de años.
-Se dice que quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo. ¿Es lo que estamos haciendo?
-Sí, estamos repitiendo los mismos errores del pasado día a día, conflicto a conflicto. Temas como las guerras, el trato a la inmigración, el acceso a la cultura y la educación responden a errores que ya hemos cometido e incluso reconocido. Quizás sea culpa de los historiadores, que no hemos insistido lo suficiente.
-O de los periodistas…
-Y de los políticos también. Más ahora que se están utilizando los mismos argumentos que en los años 30 y 40 del siglo pasado. Como sociedad deberíamos hacer mucho más para comprender nuestro pasado y crear antídotos contra mensajes que son tentadores, pero muy peligrosos.
-De hecho, también se ha especializado en colorear fotografías antiguas para resaltar que no están tan alejadas de nosotros como parece.
-Al observar fotos antiguas puede dar la impresión que la vida pasaba en blanco y negro, que es algo muy alejado en el tiempo. Y no es así. Colorear foros de la Guerra Civil o el Holocausto ayuda a ver que esas personas son extremadamente cercanas a nosotros. El blanco y negro romantiza cruelmente, mientras que el color te avisa de que esto se podría volver a repetir.
-Usted tiene un currículo de estudiante brillante. ¿Le suelen preguntar por qué no se dedica a algo más lucrativo?
-Sí, muchas veces, e incluso tuve una pequeña crisis antes de pedir la beca de la Fundación La Caixa. Pero ha sido la llave que me ha abierto una nueva puerta, porque Oxford me ha demostrado que se puede hacer de todo partiendo de nada y juntar múltiples intereses, como el derecho, la economía o la divulgación. Quiero explicar a la sociedad que la arqueología es útil.
Noticias relacionadas
-Déjeme acabar recurriendo al cliché… ¿Hay alguna pieza por descubrir que le haría perder la cabeza a lo Indiana Jones?
-La esencia de la arqueología es no buscar nada, sino estar abierto a lo que te encuentras. Pero puedo revelar un medio secreto. Queda en Roma un edificio aún por descubrir, del que solo sabíamos de su existencia por algunas monedas. Es el ‘Macellum Magnum´, el mercado alimentario más grande de la historia hasta quizás el siglo XVI. Pues bien, gracias a las técnicas de Oxford, en unos meses podremos revelar dónde está exactamente. Y se trata de un descubrimiento apasionante.
Un futuro de oportunidades
EL PERIÓDICO y Fundación La Caixa dan voz a los perfiles sociales, culturales y científicos que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunidades para todos.